Los esfuerzos intensos o desacostumbrados pueden provocar diversas lesiones musculares. Una de las consecuencias del daño muscular es el dolor muscular de aparición retardada (crepitación), que en la literatura anglosajona se denomina dolor muscular de aparición retardada (DOMS). Normalmente, el dolor muscular se produce entre 6 y 12 horas después del ejercicio. Los dolores musculares muy severos de aparición retardada alcanzan su punto máximo entre 48 y 72 horas después del esfuerzo. Los síntomas de dolor suelen desaparecer después de 5-7 días (Armstrong, 1990).
A menudo, las personas no entrenadas que hacen un esfuerzo excesivo, o los deportistas que se ejercitan de forma no acostumbrada, sufren crepitaciones. Una causa específica de este síndrome es un síndrome de movimiento excéntrico en el que el principio y el final de un músculo se alejan el uno del otro mientras se tensa simultáneamente el músculo (Bruunsgaard et al., 1997). Esto da lugar a fuerzas inhibitorias o negativas, que incluso en los músculos ejercitados pueden causar síntomas de DOMS. Ejemplos típicos de actividades deportivas que provocan el desarrollo de la estrepitosa son correr cuesta arriba y saltar. Además del dolor, esta enfermedad se caracteriza por una reducción significativa del rendimiento muscular, especialmente de la fuerza máxima.
Causas de la crepitación
Existen varias hipótesis en la literatura científica sobre la fisiopatología de la crepitación. Sorprendentemente, correr cuesta arriba, que suele ir seguido de un dolor muscular bastante intenso, tiene un aumento relativamente pequeño de la frecuencia cardíaca, el consumo de oxígeno y la concentración de lactato (Dannecker et al., 2002). Por lo tanto, ni la fatiga energética ni la hiperacidez deberían desempeñar un papel decisivo en la aparición de las agujetas en este caso.
El mecanismo para la aparición de la fatiga muscular dolorosa durante una carga excéntrica parece residir en el menor número de unidades motoras reclutadas para realizar una cantidad determinada de trabajo muscular en comparación con una carga concéntrica (Clarksen, Sayers, 1999). Así pues, un músculo con una sección transversal relativamente pequeña tiene que desarrollar una determinada cantidad de fuerza, lo que conduce a una sobrecarga de las fibras musculares individuales. Esto es especialmente cierto para las fibras de tipo II (fibras musculares rápidas). Otra razón podría ser el desarrollo de demasiada tensión en los músculos estirados, ya que el solapamiento de los miofilamentos disminuye gradualmente. Es más probable que las causas subyacentes de la crepitación sean mecánicas que metabólicas.
Fisiopatología del dolor muscular retardado
Una línea de tiempo del desarrollo de los procesos fisiopatológicos en el dolor muscular retardado. O h – el momento del final de la carga excéntrica intensiva
El estudio de la fisiopatología de la crepitación se inició con estudios de la sección muscular en humanos y animales. Los hallazgos histológicos mostraron cambios estructurales significativos de los discos Z y los sarcómeros, que tenían un aspecto desordenado y deformado en la imagen (Liber, Friden, 2002). También se observaron daños en el tejido conectivo de los músculos, los miofilamentos y el retículo sarcoplásmico.
Los daños en la membrana celular o en las estructuras de la membrana intracelular provocan una alteración de su integridad y, por tanto, afectan a las concentraciones de iones intra y extracelulares (homeostasis iónica). La concentración de calcio intracelular, un importante mediador de la transmisión de señales, se ve especialmente alterada, lo que provoca cambios en el acoplamiento electromecánico. La alteración de la integridad de la membrana conduce a la liberación de proteínas musculares, principalmente creatina quinasa (CK), en la sangre. Por ello, la concentración de CK se considera un criterio para evaluar el deterioro fisiológico del músculo. También se han detectado otras proteínas de las fibras musculares -mioglobina, lactato deshidrogenasa y proteínas del SNM- en la sangre durante el desarrollo del dolor muscular retardado.
«Precaución» Recuerde: la crepitación está causada por anomalías en los músculos fatigados debido a la sobrecarga estructural. Se manifiesta por cambios ultraestructurales en el músculo: alteración de sarcómeros, discos Z, miofilamentos y tejido conectivo. Esto conduce a la interrupción de la integridad de la membrana, la homeostasis iónica y la liberación de proteínas intracelulares